Cómo uno no tiene bastante con las horas diarias viendo las mismas caras, venga, unas cuantas más de camaradería y buen-ambiente-laboral en uno de esos restaurantes recomendado por la mujer de un primo del de administración y que está muy bien de precio.
Desde luego esos son los que de verdad se forran con la coña esta.
Siempre es igual, se come mal pero se bebe a saco, lo cual, mezclado con el repentino afán navideño, acaban formando una explosiva combinación que empieza a manifestarse cuando el "simpático" de recursos humanos, ese que te ha estado todo el año tocando las narices, propone jugar al inevitable "amigo invisible".
Y es más o menos por aquí cuando empieza la verdadera esencia de estas comidas: los "ejercicios de aproximación". No son pocos los "compañeros" a los que la efusividad navideña les ha nublado su rigor habitual y se dejan llevar por sus impulsos de camaradería para "cortejar" a la última que ha entrado con contrato temporal, esa tan "buena" que se pinta la raya del ojo por dentro, no te digo más nada.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario