Cómo uno no tiene bastante con las horas diarias viendo las mismas caras, venga, unas cuantas más de camaradería y buen-ambiente-laboral en uno de esos restaurantes recomendado por la mujer de un primo del de administración y que está muy bien de precio.
Desde luego esos son los que de verdad se forran con la coña esta.
Siempre es igual, se come mal pero se bebe a saco, lo cual, mezclado con el repentino afán navideño, acaban formando una explosiva combinación que empieza a manifestarse cuando el "simpático" de recursos humanos, ese que te ha estado todo el año tocando las narices, propone jugar al inevitable "amigo invisible".
Y es más o menos por aquí cuando empieza la verdadera esencia de estas comidas: los "ejercicios de aproximación". No son pocos los "compañeros" a los que la efusividad navideña les ha nublado su rigor habitual y se dejan llevar por sus impulsos de camaradería para "cortejar" a la última que ha entrado con contrato temporal, esa tan "buena" que se pinta la raya del ojo por dentro, no te digo más nada.
domingo, 2 de marzo de 2008
martes, 28 de agosto de 2007
a mover la colita
Brindar con esa alegría tan de manual y socorrida ella, "¡¡feliz año nuevo!!", aguantar a los inevitables metepatas que traen la cogorza ya puesta de la tarde, besarse alborozadamente con el mismo con quien hasta hace dos minutos y durante todo el año estabas a cara de perro, sacar todos el móvil para llamar a la vez en un concurso para ver quien es capaz de gritar más fuerte, divertirse por cojones bebiendo champán o cava y comiendo hasta que los polvorones te salen por las orejas, aguantar que los primos lejanos, a los que no conoces de nada ni ganas, te pongan "tibio" con cuatro botes de espuma y te "inviten" inevitablemente a recorrer el comedor sorteando sillas y mesas, mientras suena "a mover la colita"...
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